Guidxizá (suplemento), Año II, N° 69 - Dom 17/Nov/2013

EDITORIAL 69

La divulgación de nuestra cultura zapoteca es tarea primordial para el Comité Melendre. A lo largo de varios años hemos aprendido a valernos de distintos medios, como el papel y las actividades culturales. Pero tampoco desdeñamos el uso del Internet y las nuevas tecnologías.

Desde hace un tiempo producimos un programa radiofónico, que hace cuatro años y medio adoptó el nombre de Nuestros Pueblos, Nuestra Historia, en donde hemos tenido oportunidad de dar a conocer episodios históricos relevantes para nuestro pueblo. Nos alegra sobremanera poder hermanarnos con una radiodifusora de Unión Hidalgo, que de manera altruista cederá una hora en su programación para que los temas, cantos e invitados nuestros lleguen a más paisanos. 

En esta ocasión Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos comparte un relato de Gerardo Valdivieso Parada, escritor juchiteco que visitó la tierra de los hombres de mar, los ikoots. El texto se publicó originalmente en la Revista Guidxizá hace algunos años. Beatriz Cruz, Responsable de la Biblioteca Digital de Historia Zapoteca recomienda un artículo acerca del pasado colonial de la región istmeña, que trata de milicias y una minoría étnica de la que sabemos poco. Juquila Ramos nos invita a escuchar la más reciente emisión del programa radiofónico del Comité Melendre, en la que se tuvo de invitado a Rafael Gamboa. En los Gráficos presentamos a Manos Sucias, colectivo de Santo Domingo Tehuantepec. 

La música, el saber histórico, el idioma zapoteco y la literatura son algunos de los pilares de nuestra cultura. Sostienen la casa que nos da cobijo. Mientras algunas paredes se agrietan, estos pilares la mantienen en pie. Por ello es importante fortalecerlos.  


[Texto publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 69, Dom 17/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]

'Nuestros Pueblos, Nuestra Historia' por Estéreo Rey del Istmo, 98.3 FM

*A partir de la segunda semana de noviembre estará transmitiéndose desde Unión Hidalgo todos los jueves de 18:00 a 19:00 horas. 

El programa radiofónico Nuestros pueblos, Nuestra Historia ―uno de los 12 Proyectos del Comité Melendre―, llega a la radio comunitaria Estéreo Rey del Istmo, a través del 98.3 de FM, en Unión Hidalgo, Nación Zapoteca. 

Después de haber alcanzado su meta anual, con invitados de lujo, como Javier Castellanos, Natalia Toledo, Tlalok Guerrero e Irma Pineda, y con 33 programas al aire, Nuestros pueblos, Nuestra Historia trae a ustedes otra buena noticia. 

A partir de la segunda semana de noviembre, Estéreo Rey del Istmo se suma a las estaciones que difunden la hora de la Nación Zapoteca dentro de la patria binnizá. Los pobladores de Ranchu Gubiña (Unión Hidalgo) podrán escuchar Nuestros pueblos, Nuestra Historia todos los jueves de 5 a 6 de la tarde, por esta frecuencia. 

Nos alegra de sobremanera que más estaciones de radio se sumen a este Proyecto del Comité Melendre, en el que pueden escuchar música, historia y todo el quehacer de los zapotecas. Les recordamos que nos pueden escuchar en Ixhuatán a través de Radio Guidxi Yaza; en Juchitán, a través de Radio Punto Crítico, Radio Comunitaria Totopo, Radio Ceseeo, Radio Guadalupana, en Xquenda Radio; en la ciudad de Ixtepec, por Radio Universitaria IESIT; en Laollaga, a través de Radio Manantial; en la población de El Espinal por Xtiidxanu Radio; en Xadani y Álvaro Obregón, desde Radio Xadani. Los habitantes de San Blas Atempa pueden sintonizarnos a través de Radio Dani Beedxe’; en la ciudad de Tehuantepec por Sandunga Stereo y Radio Guendalisaa; en los Valles Centrales llega el programa hasta San Pablo Güilá, mediante La Voz de Güilá, y en San Agustín Etla a través de Estéreo Manantial. Casi todas transmiten, también, por Internet, así que llegamos a más oídos a través de la tecnología. Todo con el fin de crear lazos entre todos los zapotecas. 

Los invitamos a sintonizarnos por su estación de radio favorita. 


[Nota publicada en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 69, Dom 17/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]

Crónica de un viaje a la cercana pero remota tierra de los monteok

Gerardo Valdivieso

(Relato publicado originalmente en la Revista Guidxizá, Año III / Nº 11, Enero-Marzo de 2006).

Esa noche, Delfino Marcial Cerqueda iba a inaugurar una exposición en el centro nocturno Bugambilia. Para acompañar con música aquella exposición, en que no faltaban las imágenes marinas, acudimos en la mañana a la terminal de autobuses para recibir a unos señores que para el maestro Cerqueda evocaban mejor el espíritu de los sonidos del mar.

Ya en la noche y a unas horas de la presentación, los cinco músicos, incluido el maestro Apolinar Figueroa, literalmente temblaban del nerviosismo, batallamos mucho para comprenderlos cuando nos hablaron del ambiente que existe en las ceremonias que presiden, hasta que el maestro Delfino mandó por botellas de ron y brandy, deduciendo que no hay ceremonia sin alcohol.

Ese era el elemento que faltaba para que se sintieran como en casa y como si estuvieran en la celebración de Corpus Christi. Después de que desfilaron los músicos juchitecos, se anunció su actuación: “Los músicos tradicionales de San Mateo del Mar”. Dirigidos por el maestro Apolinar, quien empezó con la llamada de atención o registro en su flauta, se anunciaron los sonidos alternantes de los caparazones de tortuga, el redoblante y la tambora.

El son del pez espada fue la primera pieza, grabada desde 1972 por Arturo Warman en un disco editado por el INAH y posteriormente interpretada por el grupo de Los Folkloristas, se escuchó inigualablemente en el escenario del Bugambilia. 

Sobre las caparazones de tortuga cabalgaron armoniosamente los cuernos de venado, ritmo mucho más elaborado que el cadi'pándeu, cadi'pándeu de los sones zapotecos sobre la tortuga, su ejecución implica coordinación de los dos ejecutantes, que realizan un ritmo intrincado. Acompañados del retumbar de los tambores de doble parche, dejaron muy atrás el elogio de Delfino. No eran simplemente sonidos marinos: en las piezas se podía escuchar los relámpagos de la batalla de los prodigiosos señores del rayo, los monteok, contra sus rayos enemigos, los monteok moel; y en otras se oía el roce de las enaguas sobre las nubes de las müm ncharrek, las señoras viento del sureste. 

Se suspendió el sonido de los caparazones, la flauta de tres orificios se sustituyó por una de siete para preparar la danza ritual “de la culebra”, en la que se imita los quejidos de la gran serpiente con cuerno ndiük, conocido por los binnizá como benda yuuze. Del vientre de las montañas nace este dragón con lengua de oro arrastrando consigo todo el poder de las corrientes del agua, su zigzagueante amenaza llevará a la hecatombe hasta que el señor del rayo, que la acecha entre las nubes, la llama desde el cielo, sólo para cortarle la cabeza de un flechazo.

Como el cielo en la noche de las lagunas istmeñas es de los monteok, la noche en el Bugambilia fue de sus músicos. Discurrimos del bar a la casa de la poeta Natalia Toledo; ahí entre garnachas, tlayudas y caguamas, se armó tal barullo que los vecinos llamaron a la policía y si no fuera porque entre los escandalosos estaba el entonces senador Héctor Sánchez López, nos hubieran interrumpido la fiesta.

Pasaron muchos años para cumplir la promesa que les hice a los músicos de San Mateo de visitarlos. Era la fiesta de La Candelaria cuando llegué al pueblo que está entre la laguna inferior y el mar vivo. Había un tianguis en el centro entre la Iglesia y el Palacio Municipal, dominado por los zapotecas. Compré unos icacos que me recordaron mi niñez y las arrugadas manos de mi abuela. Me encaminé a la iglesia. En la entrada estaban cuatro campanas, una de las cuales suscitó la pelea con los antiguos habitantes de Juchitán, en la que finalmente, otra vez los monteok, rápidos como los rayos que son, la rescataron para permanecer resguardada hasta ahora frente a su iglesia. 

En el atrio divisé al maestro Apolinar Figueroa que no se acordó de mí. Trataba de recordar los nombres de los demás músicos cuando nos interrumpió una persona que contrastaba con los demás que vestían sus mejoras ropas, aquella persona tenía la camisa y el pantalón sucios, el pelo y la cara sin lavar, como uno de esos borrachines que inoportuna para pedir una moneda; sin embargo sus gestos eran serios y el maestro le prestó mucha atención, como si fuera un mensajero importante.

Fui invitado especial del maestro Poli, con derecho a entrar bajo la enorme campana junto a los demás músicos, que se persignaron ante dos viejas cruces que presiden en el campanario. Empezó la música pero sin los caparazones de tortuga, que son percutidos solamente en Corpus Christi, día cercano al solsticio. En el umbral vuelve la persona de aspecto desaliñado, saluda a todos: “Dios teat”, para luego comunicarle nuevos ordenamientos al maestro en su lengua.

Todos se levantan y el maestro me dice, “vamos a la casa del mayordomo, ¿quieres ir?”, “por supuesto” le respondo. En la calle nos esperan los señores principales con sus bastones de mando, acompañados por los topiles, (los encargados de la seguridad, cargan con tremendos palos por cualquier inconveniencia). Los músicos y yo, encabezados por el maestro, nos dirigimos en procesión a la casa del Mayordomo, sin apresuramiento parando en cada lugar sagrado marcado con cruces o capillas en donde todos se persignan. Acompañando a la procesión, pero sin integrársele y que parecía dirigir a todos, era aquél hombre desarreglado, como si le fuera dado mandar ese día.

Cuando llegamos a nuestro destino, todos entraron, menos los músicos. Quedé a la expectativa, hasta que salió de nuevo el señor harapiento que después de ordenar todo para la instalación de los músicos los invitó a entrar. El maestro me hizo un gesto con la cabeza y entré tras él. En el patio había una enramada de carrizo y piso de tierra a la que habían echado arena, se acomodaron unos bancos rústicos largos y una mesa grande. Los músicos empezaron a saludar a las personas presentes con su clásico saludo (“Dios teat” a los hombres y “Dios tma” a las mujeres), yo como no sabía esto aún, les di los buenos días, al cual me respondieron con un gesto de leve desconcierto. 

Me senté en uno de los largos bancos, (que me recordó otra vez mi niñez cuando en Juchitán se rentaban para los eventos sociales, hasta que llegaron las sillas de las cervecerías) a lado de los músicos. Los estaba oyendo platicar, cuando se acercó una señora, que después supe que era la mayordoma; saludó a todos, uno por uno “Dios teat”, “Dios teat” y “Dios...” suspendió su saludo al verme, pero tampoco se inmutó. No preguntó a nadie sobre mi procedencia ni de cómo llegué hasta su patio. Se mantuvo la plática un buen rato hasta que el maestro se levantó y salió de la casa, sin decirme nada. Lino Degollado me explicó, que la mayordoma pedía que tocaran con los caparazones, que sabía que no se acostumbraba pero rogaba hicieran una excepción; así que el maestro fue por los dos carapachos. 

Mientras se ordenaba la mesa y se colocaban las sillas, alguien efectúo un gesto afectivo indígena, extinguido ya en Juchitán, suplido por la llave del agua: ofrecer cubeta y jícara en mano, agua para lavarse. Un rito parecido al lavatorio de los pies se representó bajo aquella enramada. Mientras tanto en la mesa ya se colocaban tortillas y platos con cheguiña. Nos invitaron a la mesa y empezamos a comer. Cuando terminamos, el mismo señor de la cubeta de agua y la jícara hizo repetir el ritual. Ya de nuevo en nuestros lugares nos ofrecieron una jícara muy grande con espuma o bupu.

Al rato llegaba el maestro con los caparazones y empezaron a tocar con entusiasmo. Llegaban los invitados, la mayoría al ver que se me trataba con familiaridad, desinhibidos por el mezcal que circulaba sin cesar, me hablaban en su lengua; cuando veían que no les entendía me preguntaban si no entendía “el idioma”, agotando conmigo sus conocimientos del castellano.

Pasaron las horas, llegaban más personas que a veces sustituían a los músicos. Llegado un momento, las botellas de mezcal y los paquetes de cigarros entregados casi con reverencia al maestro Poli por aquel organizador de las formas, o sea el señor con aspecto descuidado, se agotó. Volvió la persona citada con una nueva reserva de mezcal y cigarros.

El mezcal hacía sus efectos, mientras la tarde “se hacía hueso”. Hasta los más silenciosos se volvieron platicadores. Lo mismo se reía que se soltaba el llanto, hasta que llegó un momento crítico para los organizadores: se acabó el mezcal. Regresó otra vez el que tenía el aspecto de borrachín, frente al maestro Poli con un cartón en las manos, haciendo todo lo posible para que aquel indignado músico aceptara las cervezas. Nos acabamos las cervezas al tiempo. Nos llegó la noche y al sureste, en la montaña en donde se cree residen los monteok, estaba oscuro, resplandecía de vez en cuando por los machetazos de sus rayos entre las nubes. 

Recuerdo levemente que volvimos otra vez a la iglesia en donde se quemaron fuegos de artificio. De tanto mezcal y cerveza, no recuerdo haber realizado el largo camino de regreso; pero al siguiente día estaba en mi casa, con la flauta de carrizo de maestro Poli como regalo.



[Texto publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 69, Dom 17/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]

Milicias afromestizas en la región istmeña durante la época colonial

Beatriz Cruz López


Esta semana la Biblioteca Digital de Historia Zapoteca, proyecto del Comité Melendre, recomienda el trabajo de Nayeli Cano titulado “Las milicias de pardos y mulatos en el Istmo de Tehuantepec”.

Durante la época colonial los cuerpos armados sirvieron para cuidar las costas y sofocar rebeliones. Aunque en un principio se constituyeron por peninsulares, en el transcurso de los años se fue integrando a ellas gente local de diferentes mezclas raciales. 

En este artículo la autora explica cuál era la situación de los afromestizos de la región del Istmo de Tehuantepec que se integraron a la milicia: cuáles eran sus privilegios, cómo se organizaban, dónde vivían y cuáles eran los rangos que podían tener, así como las actividades que realizaban. También analiza cuáles fueron las acciones y reacciones de estos grupos frente al levantamiento insurgente que llevaría a la independencia de México.

Se puede descargar desde:
http://issuu.com/bibliotecazapoteca/docs/cano_milicias


Ficha completa:
Nayeli Cano, “Las milicias de pardos y mulatos en el Istmo de Tehuantepec”, Boletín del Archivo General de la Nación, Sexta Época, Núm. 24, abril-junio de 2009, pp. 89-108.



[Reseña publicada en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 69, Dom 17/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.] 

Cartelera 69







[Carteles publicados en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 69, Dom 17/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]

Gráficos 69: Manos Sucias Crew

Manos Sucias Crew

Es una agrupación de jóvenes oriundos de Santo Domingo Tehuantepec, Nación Zapoteca, cuyo interés principal es la gráfica callejera y la creación de imágenes a través de distintas técnicas, que van desde la pintura acrílica hasta el uso de aerosol. 

Manos Sucias Crew nace en el año 2004 por la inquietud de sus integrantes por realizar grafiti. En sus inicios lo componían cinco personas, pero con el correr de los años ha ido creciendo hasta llegar a los diez con que cuenta actualmente. (Bouche, de la ciudad de Oaxaca, se unió al Crew por afinidad de sus integrantes, por el gusto y la atracción a la región).

Actualmente este colectivo pretende conceptualizar la iconografía de la región istmeña, con la finalidad de rescatar y generar nuevas propuestas de la cultura en su región de origen a través de las técnicas propias de la calle. Su primer intento logrado es el mural Dxapahuini Guissi, en el callejón de acceso a la Casa de la Cultura de Tehuantepec. A éste le sobrevendrá una serie de murales para generar una estructura de arte urbano, principalmente en Tehuantepec.

INTEGRANTES
Exaider (Pochi) 
Maler
Ocaso
Taga
Bouche
Mudo
Gary
Dope
Mimo
Onek



[Imágenes publicadas en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 69, Dom 17/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]






Guidxizá (suplemento), Año II, N° 68 - Lun 11/Nov/2013

EDITORIAL 68

Los quehaceres del Comité Melendre no terminan, porque la población está deseosa de que se le brinden estímulos de otra índole. Las actividades artísticas y culturales son necesarias para una sociedad tan lastimada como la nuestra. 

Durante los próximos días organizaremos el VIII Festival Cultural Neza Lidxe’ en la Séptima Sección de Juchitán, lo que nos alegra sobremanera, ya que en este lugar hemos hecho realidad uno de nuestros principales objetivos: hermanarnos con los habitantes, al punto de que un festejo de ellos, sea nuestro también. Asimismo está sucediendo con otra comunidad, que no es poblacional sino académica: la del Instituto Tecnológico del Istmo. Gustosos participaremos en la Primera Feria de Ciencias Básicas, donde estaremos compartiendo experiencias y presentando una función de cine.

Guidxizá una mirada a nuestros pueblos llega en esta ocasión con un vasto contenido. Además de los anuncios antedichos, presentamos una colaboración del maestro Jaime Luna, pensador zapoteca serrano que nos habla del “Culto religioso y comunalidad”; texto que, sin duda, nos hará pensar en nuestras festividades y en otra de las razones para integrarnos a la convivencia colectiva. También damos voz a la UNID, que comparte unas palabras de lo que significó para sus alumnos y docentes participar en una actividad conjunta. Como ya es costumbre, nuestros compañeros presentan dos magníficas recomendaciones. TvMelendre invita a ver y escuchar Bendiciones, en voz de su autor, Rafael Gamboa. Y la Biblioteca Digital de Historia Zapoteca nos reseña un artículo de David Tavárez que todos debemos descargar. En Otras Actividades damos cuenta de las conferencias de historia que se presentaron en la Casa de la Cultura el viernes pasado. Y en Gráficos, presentamos una compilación de fotografías de alumnos de la UNID.  

Las artes no sólo deben resistirse a morir, sino que requieren encontrar impulso decidido para llegar al mayor número de nuestros hermanos. Ese es uno de nuestros propósitos. 


[Texto publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 68, Lun 11/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]



Se aproxima el VIII Festival Cultural Neza Lidxe’ en la Séptima Sección de Juchitán

Foto de archivo del VII Festival Cultural. Nov. 2012.
*Por octava ocasión el Comité Melendre participará en los festejos de aniversario de la Colonia Lorenza Santiago 


En el marco de un aniversario más de la Colonia Lorenza Santiago Esteva, Séptima Sección de Juchitán, el Comité Autonomista Zapoteca “Che Gorio Melendre” tiene contemplado realizar el VIII Festival Cultural Neza Lidxe’.

La cita es el próximo jueves 21 de noviembre, en la explanada de dicha colonia, en donde se contará con la participación de varios trovadores y un grupo de danza.

Elvis Valdivieso López, coordinador de esta actividad, comentó: “Por octava ocasión organizaremos este evento en la Colonia Lorenza, lo que nos llena de gusto, pues conocemos bien a los vecinos y ellos esperan cada año esta actividad cultural que coordinamos”.

Cabe señalar que en pasadas emisiones de este Festival, se ha tenido la presencia de grupos y artistas de la talla de Pepe Molina, Son Gubidxa, Ricardo Morquecho, Rafael Gamboa, Tlalok Guerrero, Trío Binnigula’sa’, Colectivo La Tregua, Mary Medina, entre otros.

Para el día del evento se espera la asistencia de poco más de 200 personas. La entrada será gratuita. Es preciso mencionar que esta actividad se realizará mediante el apoyo solidario de los participantes y vecinos. Pronto, más detalles.


[Nota publicada en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 68, Lun 11/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]

Cartelera 68



[Cartel publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 68, Lun 11/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]






El Comité Melendre participará en la Primera Feria de Ciencias Básicas

*Estará el 26 de noviembre en el Instituto Tecnológico del Istmo con dos actividades


El Comité Autonomista Zapoteca “Che Gorio Melendre” participará en la Primera Feria de Ciencias Básicas del Instituto Tecnológico del Istmo (ITI), a realizarse los días 26 y 27 de noviembre, a solicitud de la máxima casa de estudios de nuestra región.  

El Departamento de Ciencias Básicas del ITI, en coordinación con los alumnos de estas asignaturas, ha organizado demostraciones, juegos didácticos, concursos de conocimiento, de video y de carteles, bajo la temática de ciencias básicas, tales como autos híbridos, seguridad e higiene en los aerogeneradores, entre otras. 

En esta ocasión invitan a la comunidad en general a sumarse a este esfuerzo de divulgación cultural, de 10 de la mañana a 2 de la tarde, el martes 26 y miércoles 27 de noviembre. 

Durante esta jornada de ciencias, el Comité Melendre aportará su granito de arena participando con dos actividades, a solicitud del plantel educativo. Serán las siguientes:

El 26 de noviembre ofrecerá la conferencia denominada: “Compartiendo experiencias: historia, dinámica y valores del Comité Melendre”, por el Presidente del Consejo Directivo, Gubidxa Guerrero, de 10:20 a 11:10 de la mañana.

Ese mismo día, Cine para todos (¡Todos para el cine!) presentará la película india: 3 idiotas, a partir de las 13:00 horas.

La entrada a estas actividades será completamente gratuita. Se llevarán a cabo en el Taller de Ciencias Básicas; mientras que en la explanada aledaña a la misma, estará  instalada una exposición de prototipos, como la draga mecánica, buldozer hidráulico, bobina tesla, grúa de comisión, catapulta, poleas, etc.

Con la intención de dar a conocer las ciencias, promover e incentivar entre los estudiantes la realización artesanal y el alcance que se pueden lograr con el razonamiento apropiado de las ciencias básicas se realizarán estas actividades de manera lúdica y atractiva. Sin duda, una gran oportunidad para divertirnos aprendiendo.  

Para conocer más acerca de estos y otros proyectos del Comité Melendre se recomienda consultar la página: www.facebook.com/comitémelendreoficial.


[Nota publicada en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 68, Lun 11/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]

Culto religioso y comunalidad

Saumerio, en el Templo de San Vicente Ferrer.
Fotografía.- Marciano Valencia
(Diario comunal 223)

Jaime Luna 

Los cultos religiosos, ¿realmente nos convencen o simplemente nos integran? En la comunidad rural, pero también en la ciudad, casi todos asistimos a los templos católicos. Sobre todo, durante las fiestas patronales.

Es decir, asistimos a un ritual, pero, ¿todos vamos convencidos de lo que por nombre se celebra? Si preguntáramos a cada uno, la respuesta sería afirmativa, pero en la realidad ―y esto como verdad a voces― sabemos que no. No se duda en cada caso que algunos sí asistan, como se dice, con fe. Pero la gran mayoría tiene otros motivos que le empujan a participar de la celebración, no sólo en su organización, sino en la festiva participación.

Como todos sabemos, una fiesta se inicia tiempo atrás: el campesino dedica su esfuerzo al cultivo de lo que se ha de consumir en la fiesta y en el hogar, sembrando condimentos o simplemente guardándolos para la misma celebración; ahorra dinero para la compra de una ropa significativa, el pago de las cuotas o, si el familiar será el mayordomo, para auxiliarlo. 

A últimas fechas, se ha hecho costumbre que en los Ángeles, California, u otras ciudades de Norteamérica, se coopere para el financiamiento de la celebración. Sin entrar en detalles, todos participan y, de eso, todos estamos enterados.

Pocos conocen la historia de cada santo o virgen, aunque hayan invertido mucho tiempo en el diseño de la ropa que le han de donar al personaje. De su impacto real, nadie se pregunta; a tal grado que se percibe que estos personajes tan solo son un pretexto para celebrar. Los curas deben saberlo, pero son pocos los que en realidad realzan la historia y la labor del santo patrón o patrona.

Por todo esto, resulta inquietante saber qué hacemos en la iglesia; si celebramos al personaje o celebramos la asistencia y presencia del todo y de todos. La mayoría, y no es porque les fascine el chisme, asiste para saber quién va; es decir a mirarse en el conjunto. Otros van para ver qué se da: que si tamales, que si ponche, que si mole, que si mezcal y, de paso, echar relajo con sus cuates. Los jóvenes, obviamente, asisten para pescar, o ver quién pesca o ya pescó nueva pareja.  

En general una fiesta o celebración es la integración de un todo y de todos. Hay quienes la organizan por obligación y otros por voluntad propia. No se niega que en algunos lugares haya problemas con las diversas sectas o creyentes de otras confesiones, pero también, como es sabido, en los pueblos se hace problema cuando no comparten sus obligaciones comunitarias o cuando luchan contra los acuerdos de asamblea. La libertad de creencia existe, pero la contribución a la colectividad significará siempre una obligación.


[Texto publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 68, Lun 11/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]

La UNID en Panteón Viejo

Alumnos y profesores de la UNID

Momento único y sorprendente fue el que vivieron los estudiantes de la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID), sede Juchitán, cuando visitaron y recorrieron las ruinas de lo que hoy en día es considerado el Panteón Viejo, pues pocos conocían sobre las historias que guarda este espacio ubicado en céntricas calles de Juchitán.

Este lugar en algún momento fue un cementerio. Cientos de personas fueron enterradas en este camposanto; pero con el pasar de los años la mancha urbana lo alcanzó y ahora sólo quedan vestigios y algunas sepulturas que se conservan en los patios de las nuevas viviendas.

Con la invitación de los integrantes de la Sociedad de la Capilla Miércoles Santo y del Comité Melendre, la UNID-Juchitán se integró al programa de actividades organizado para festejar el Día de Muertos en esta zona de la Sexta Sección.

Por la mañana, alumnos, personal docente y administrativo se trasladaron al lugar en donde ahora se encuentra la Capilla Miércoles Santo y en cuyo patio se puede admirar el casco del arco que en algún momento sirvió de entrada al cementerio. Ahí  realizaron una ofrenda de muertos en honor a quienes allí se encuentran enterrados. A continuación realizaron un recorrido por algunas viviendas, en cuyo interior se ubican tumbas y lápidas.

Foto.- Luis Fernando Antonio Toral
Por la tarde, en el mismo espacio, inició la velada musical, en que nuestro estudiante Jhovani Jiménez interpretó un par de melodías que, con las canciones de los demás artistas, hicieron una noche mágica.

La UNID, sede Juchitán, agradece la invitación y reconoce el esfuerzo de todos los participantes, y los invita a seguir preservando las tradiciones zapotecas.


[Texto publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 68, Lun 11/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]

Matando dioses. Extirpación de idolatrías en los obispados de México y Oaxaca

Beatriz Cruz López

Esta semana la Biblioteca Digital de Historia Zapoteca, proyecto del Comité Melendre, recomienda el trabajo de David Tavárez titulado "Ciclos punitivos, economías del castigo, y estrategias indígenas ante la extirpación de idolatrías en Oaxaca y México".

En este trabajo el autor hacer una revisión de las campañas contra la idolatría que tuvieron lugar en los obispados de México y Oaxaca durante toda la época colonial.

Condensando las huellas documentales que dejaron tanto los jueces civiles y eclesiásticos encargados de erradicar las antiguas creencias mesoamericanas como mismos especialistas rituales indígenas, Tavárez identifica cuatro periodos en los que las autoridades novohispanas implementaron ciertos proyectos de castigo para los idólatras. Al hacerlo, el autor refiere cuáles fueron las tácticas de investigación de estas faltas, en qué consistieron los diferentes castigos que se implementaron y la forma en que fueron administrados.

De este modo, David Tavárez nos permite tener un panorama general del castigo de la idolatría en ambas regiones, pero también nos da detalles particulares de las acciones que se llevaron a cabo en cada región, como la “prisión perpetua de idólatras” que operó exclusivamente en el obispado de Oaxaca. Además, el autor incluye en este trabajo una síntesis sobre cuáles fueron las respuestas indígenas ante estas campañas.

Se puede descargar desde:


Ficha completa:
David Tavárez, "Ciclos punitivos, economías del castigo, y estrategias indígenas ante la extirpación de idolatrías en Oaxaca y México", en Ana de Zaballa (Ed.), Nuevas perspectivas sobre el castigo de la heterodoxia en la Nueva España. Bilbao, Universidad del País Vasco, 2005, pp. 37–56.


[Reseña publicada en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 68, Lun 11/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]


Se realiza “Luchas regionales y Revolución Mexicana”

Fotografías de Marciano Valencia
*Actividad organizada por la Dirección de Turismo del Ayuntamiento de Juchitán

En el marco del 103 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, la Dirección de Turismo del Ayuntamiento de Juchitán de Zaragoza, tuvo a bien organizar una mesa de ponentes para tratar este tema.

“Luchas regionales y Revolución Mexicana”  fue como se denominó esta actividad realizada en la Casa de la Cultura de Juchitán el viernes 8 de noviembre, de 6 a 7 de la tarde.

Marysalma González, Directora de Turismo
Como ponentes estuvieron Gonzalo Jiménez López y Gubidxa Guerrero Luis. El primero de ellos es un conocedor de la historia regional istmeña, quien ha publicado varios libros al respecto. Su participación se tituló “La rebelión de Che Gómez el 2 de noviembre de 1911”. Por su parte, Gubidxa Guerrero presentó “Revolución, guerra civil y duelos de poder”, otra mirada a las guerras que van de 1910 a 1920 conocidas en conjunto como Revolución Mexicana. Uno abordó este proceso histórico desde una perspectiva local, y el otro hizo hincapié en la heterogeneidad de las causas, ideales e intereses de cada fracción que combatió en aquellos años.

Hubo de todo entre el público
Esta actividad cultural inició con las palabras de María Salma González Dávar, titular de la Dirección de Turismo, quien agradeció al público asistente, a las personalidades que se encontraban entre la concurrencia, así como a los exponentes. Luego se dio paso a las conferencias, que tuvieron una duración aproximada de 20 minutos cada una. 

Cabe destacar que en este evento se encontraban jóvenes y alumnos de distintas instituciones educativas, tanto elementales como universitarias. 

Al finalizar la charla, se realizó la entrega de reconocimientos a los dos participantes, quienes pidieron que este tipo de actividades tengan continuidad, para que las nuevas generaciones se aproximen al pasado y a la cultura en general.


[Nota publicada en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 68, Lun 11/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]

Los ponentes

Gonzalo Jiménez
Gubidxa Guerrero

Gráficos 68: Alumnos de la UNID

Alumnos de la  UNID 


El viernes primero de noviembre, alumnos, personal docente y administrativo de la UNID colaboraron en Xandu’ en el Panteón Viejo.



Esta es una compilación de fotografías que capturaron los alumnos de dicha institución de educación superior.




[Imágenes publicadas en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 68, Lun 11/Nov/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]








Donaxi Alejandra Castañeda Escobar
Víctor Zúñiga

Karla Jiménez
Sofía Porras Jiménez
Rebeca Tonche