Por qué ‘no’, o bajo qué condiciones ‘sí’ al proyecto eólico en Juchitán

Gubidxa Guerrero

Ha iniciado la primera etapa de la consulta a la población zapoteca de Juchitán acerca de la implementación, o no, de un parque eólico a cargo de la empresa Eólica del Sur, en la parte noreste de la ciudad, en una superficie de 5 332 hectáreas.

El tema es sensible porque representa el primer ejercicio de este tipo en nuestro país. Pero también lo es, y quizás en mayor medida, porque Juchitán es un pueblo sui géneris, ya que, si bien es una comunidad originaria, se ha regido durante muchísimo tiempo bajo el sistema político constitucional, lo que ha viciado la manera en que se toman las decisiones colectivas debido al involucramiento de partidos políticos de influencia en todo el país, con sus defectos de sobra conocidos, como son: la manipulación del voto, la utilización de métodos coercitivos, el acarreo, entre otros.

El pueblo juchiteco se encuentra ante una disyuntiva clara: recuperar y optimizar su forma de participación tradicional o simular que ejerce su derecho a decidir colectivamente. Lo de menos es el proyecto eólico en sí. No será el primero ni el último intento de desarrollar un parque productor de energía a base de viento. Sin embargo, sí es la primera vez en que los habitantes podrán decidir conjuntamente el futuro de uno de estos proyectos.

La pregunta fundamental es: ¿cómo? Porque si bien los instrumentos jurídicos internacionales y propios reconocen el derecho de las naciones originarias y de sus comunidades constituyentes a ser consultados, muy pocas personas encuentran una respuesta que genere el consenso necesario en el caso que nos atañe. 

¿De qué forma podría saberse con exactitud el parecer de 100 mil zapotecas? ¿Mediante asambleas plenarias? ¿Mediante el voto directo? ¿Mediante la consulta segmentada? No debemos olvidar que en la tierra del General Charis hay “expertos” en ganar elecciones… 

Durante los días de la Fase de Acuerdos Previos ha imperado la noción de que toda la sociedad juchiteca debe ser tomada en cuenta. Este miércoles tocó el turno de hablar al Comité Melendre, agrupación que busca la transformación positiva de la sociedad zapoteca. Su postura oficial con respecto el tema es que toda la población sea partícipe, porque “cada metro de tierra de nuestro pueblo es herencia de las luchas que emprendió nuestra comunidad en su conjunto, por lo que existe el deber moral de tomar en cuenta a todos sus habitantes, sean o no propietarios”.

Faltan varias etapas de la consulta. Los aspectos más importantes serán discutidos en futuras semanas. Pero es valioso que la gente tenga conciencia de que cualquier fallo es posible: el ‘no’ o el ‘sí’. Que no se maneje la consulta como un mero trámite sobre “cómo se va a desarrollar” el proyecto eólico de la otrora Mareña Renovables, sino de si resulta pertinente, o no, su construcción.

Si se vota en contra, será preciso manifestar las razones puntuales de la negativa; explicar por qué no se quiere el proyecto. Pero si la opinión generalizada es favorable, tendrán que especificarse las condiciones para la implementación del mismo.

No más cheques en blanco a las grandes empresas y a las autoridades políticas que han lucrado con los derechos colectivos. No más líderes corruptos que desde hace cuarenta años hablan de la defensa de los intereses del pueblo, mientras apuñalan por la espalda a los ciudadanos, traicionando la herencia histórica de la nación zapoteca. 

De cómo termine este asunto dependerá, en buena medida, el futuro de la región, porque el pueblo sabrá si puede volver a ser dueño de su destino.


[Nota publicada en el diario NOTICIAS, Voz e Imagen de Oaxaca el viernes 7 noviembre de 2014. Se autoriza su reproducción, siempre que sea citada la fuente]